miércoles, 21 de diciembre de 2011

Donde los árboles cantan.

Y empezó a cambiar. Su piel se volvió más oscura y rugosa y el cabello comenzó a crecerle hacia arriba de forma desordenada. Sus pies se hundieron en la tierra, sus brazos se alzaron hacia el cielo, buscando la vivificante luz del Sol.
Corrió hacia el gritando su nombre, mientras el muchacho era cada vez menos humano, mientras de su pelo y sus dedos brotaban hojas tiernas, mientras su rostro desaparecía bajo la corteza, mientras sus piernas se fusionaban y de sus pies nacían raíces que se asentaban firmemente en el suelo.
Se abrazó llorando a su cintura, sin dejar de repetir su nombre y de suplicarle que no se fuera, que no la dejara. Pero ni sus ruegos ni sus lágrimas lograron detener la transformación, y cuando el sol ya se alzaba en lo alto, ella yacía a los pies de un árbol joven que erguía sus ramas con orgullo.
Lo contempló, con el rostro todavía húmedo. Era uno de los árboles cantores, y sus hojas se elevaron buscando el viento para generar una dulce melodía llena de nostalgia y melancolía.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Tiempo.


Ensueño o engaño, pestaña de limusina. Pequeña con tu cara bonita, vierte una lágrima en mi copa, veo con tus ojos lo que significa para mí. Dulces tartas y batidos, soy angel de ilusion, desfile de fantasia, quiero que sepas lo que pienso, que no tengas que adivinarlo. No tienes ni idea de donde vengo, no tenemos ni idea de adonde vamos. Lanzados a la vida, como ramas a un río, presos de la corriente. Yo te llevo a ti, tu me llevas a mi, asi es como podria ser.


martes, 6 de diciembre de 2011

Si no hay vivienda no hay viviendo.

Señores del gobierno infinitivo,
participiamente diputados,
díganme como,
dónde comer sin comiendo,
donde soñar sin soñando,
de que manera,
cómo reír sin riendos,
cómo cantar sin cantandos,
cómo el amor, cómo el beso,
cómo el feliz fornicio,
participiamente diputados,
escuchen, atiendan el gerundiando,
si no hay vivienda no hay comiendo,
si no hay vivienda no hay amando,
si no hay vivienda no hay riendo,
si no hay vivienda no hay soñando,
si no hay vivienda no hay viviendo.

Batania, poeta neorrabioso.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Hace un par de días la pegó con el bastón. Fue una novedad. Verdugones del grosor de tu pulgar bajo la ropa. Cardenales por todo el cuerpo. Está temblando en el suelo, con sangre en la boca, y ¿sabes en qué piensa antes de hundirse en la negrura? En ti. Piensa en ti.