-¡Sólo los cobardes y los ladrones usan veneno!-exclamó Orik- ¿Qué gloria se obtiene de derrotar a un enemigo enfermo?
Mientras hablaban, los gritos se intensificaron. Ángela le dedicó una risa desagradable.
-¿Gloria? Si quieres gloria, hay miles de tropas a las que no he envenenado. Estoy segura de que, cuando termine el día de hoy, habrás tenido toda la gloria que quieras.
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